EL FIN de las isapres


El Panorama que se viene en el sector salud este año va a ser apoteósico. El fallo de la corte suprema impuso un nuevo set de reglas sobre las que se asentará la operación de las prestadoras:

  • Todos los planes de salud y complementarios deben aplicar la tabla de factores de la Subsecretaría de Salud que entró en vigencia el 2020
  • Los menores de 2 años se excluyen del precio final del plan, salvo lo correspondiente a la prima GES
  • El precio final futuro no se modifica con la edad. Es inmodificable en el tiempo, salvo que sea beneficioso para el cotizante.

 

Para alcanzar estos nuevos estándares las Isapres van a ver comprometidas sus arcas al punto que algunos expertos vaticinan su quiebra a final del año, que implicaría semejante desenlace.

A priori, Fonasa prevé aumentar su presupuesto en al menos 600 millones de dólares el primer año, solo para mantener los mismos estándares de atención a sus 3,35 millones de beneficiarios. Esto es antes de absorber a los beneficiarios nuevos procedentes de la atención privada.

El aumento de las listas de espera para Fonasa sería muy importante, con un alto costo para el gobierno. Claramente, a más listas de espera en establecimientos públicos como hospitales y ambulatorios, las personas más vulnerables son atrasadas en la recepción de sus beneficios.

Los ingresos de los médicos y del personal sanitario van a disminuir a la vez que hay un aumento en el gasto del SIL con responsabilidad fiscal. El gasto SIL corresponde a las licencias médicas autorizadas, reducidas o ampliadas en cualquier instancia, es decir, se incluye el gasto asociado a las licencias médicas reclamadas y acogidas total o parcialmente en las instancias de apelación. Esto significa que no habrá más dinero disponible para ayudar a las personas necesitadas y también que se genera una reducción en la libertad de elección de millones de personas.

“A priori, Fonasa prevé aumentar su presupuesto en al menos 600 millones de dólares el primer año, solo para mantener los mismos estándares de atención a sus 3,35 millones de beneficiarios. Esto es antes de absorber a los beneficiarios nuevos procedentes de la atención privada.”

 

Se prevé una pérdida de empleo de al menos 10.000 puestos de trabajo en el sector de la salud. “

Esto significa que es posible que las personas no puedan elegir la atención médica que desean. 

Hay además una reducción de ingresos y un problema financiero para las instituciones de salud privadas y es posible que estas organizaciones no puedan continuar brindando servicios.

Se prevé una pérdida de empleo de al menos 10.000 puestos de trabajo en el sector de la salud. 

El mayor gasto y menor recaudación genera una disminución en los ingresos fiscales para el gobierno, lo cual va a inmovilizar aún más las prometidas reformas de gasto del gobierno a no ser que endeuden al fisco para sacarlos adelantes.

Otro punto de vista a tener en cuenta es que al menos 2 millones de los que actualmente están afiliados a Isapres, ya no califican para un seguro complementario, por alguna de las siguientes razones: tener condiciones preexistentes, edad o no tener dinero suficiente.

El paso a un sistema público sin ningún incentivo de eficiencia ni competencia retrasará  la adopción de nuevas tecnologías médicas y de gestión de sistemas de salud en Chile.

Se creará un mayor “elitismo” de la salud ya que la sanidad privada estará disponible para menos personas.

Es probable que las Isapres experimenten una caída en los ingresos ya que su requisito mínimo de contribución cae de un 7% a un 5%. Sin embargo, la Isapre seguirá ofreciendo un mayor retorno de la inversión que la mayoría de los demás planes.

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